Fin de semana de mudanza, paliza física,... y emocional. Tras tres días de cargar, ordenar, clasificar, tirar, empujar, arrastrar,.... y todos los verbos terminados en ar que no implican placer llegué al domingo exhausto. No tenía ganas de nada salvo de tumbarme en el sofá en medio de cajas y bolsas, cerrar los ojos y descansar, pero no lo hice, mi pequeña hada madrina había pillado entradas para un concierto de un grupo uruguayo de rock, yo no los conocía pero me dejé engañar por la pequeña bruja de la sonrisa.
Una vez en el concierto ocurrió algo inesperado, la música conectó tanto con mi interior que exprimió mi alma para sacar fuera lo que en ella anidaba, disfruté de un concierto en el que lloré, reí, salté y bailé, todo en uno. Las lágrimas brotaban de mis ojos en medio de la algarabía, sin testigos delatores, sin urgencias, sin prisa, .... lágrimas psicomágicas que limpiaban mi alma arrastrando las espinas, aireando la tierra de mi alma para prepararla para volver a florecer con la llegada de la primavera. Tras las lágrimas vinieron las risas, los gritos, el baile,.... y al final esta fuente de energía,.......
miércoles, 3 de junio de 2009
Ya no hay dolor
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