jueves, 11 de junio de 2009

Los caminos sinuosos del hombre

Transito con ansiedad por estos días, la razón es que estoy terminando un libro que me ha enganchado como hacía mucho que no me ocurría con ningún otro, El médico, en él se cuenta la historia de Rob J. Cole. No contaré aquí la historia, para no privar a nadie del inmenso placer que provoca su lectura, si diré que habla de los viajes de un hombre, llenos de vicisitudes y sinsabores, de aventuras, de miedos, de placeres..... de vida.
Siento una gran empatía con Rob en estos días, no porque yo viva una vida plagada de aventuras, nada más lejos, pero sí porque entiendo esa sensación de soledad, de saber sin ninguna duda que la única persona con la que siempre podré contar mientras viva soy yo mismo. El camino de alguien que se aleja del lugar en el que vivió mucho tiempo estará jalonado de personas que irá conociendo, con las que alcanzará niveles de intimidad y cercanía que pueden ser increíbles, pero que finalmente serán efímeros, con el tiempo pasarán a convertirse en lindos recuerdos, que no por eso dejan de ser realidad pero que tampoco podrán privarte de momentos de soledad con los que habrás de acostumbrarte a bregar. Como dice mi querida Rincon "amistades efímeras", no quiero con estas palabras renegar de ese camino, al fin y a la postre es el que he elegido y probablemente el único que podría elegir. Rob elige este camino porque tiene un objetivo claro, en mi caso ese objetivo no existe, o simplemente puede ser algo abstracto, difícil de concretar en una idea, una palabra o un pensamiento, quizá el único objetivo es vivir, aprender y tratar de ser feliz sin dañar a nadie...... quizá es un objetivo demasiado ambicioso,..... o quizá no.

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