sábado, 14 de febrero de 2015

En el monte

En el monte...
en silencio...
huyen los demonios 
que me recorren por dentro

huyen el absurdo
y el desaliento
huye la angustia
y el desconcierto

En el monte
las gotas de lluvia acarician mi cuerpo
las dudas se esconden
y no existe el tiempo

camino despacio
en un vacío de pensamiento
son mis pies los que deciden
y no importa si yerro o acierto

Los árboles no mienten
y siempre escucha el viento...
la hierba no me exige
y yo me siento sereno

En el monte
bajo el cielo
me olvido de mi mismo
y me siento parte de esto...



miércoles, 11 de febrero de 2015

Límites

Pequeños e indefensos seres
aprendices de dioses
tratamos de traspasar límites
que nuestro entendimiento desconoce

Hablamos, conversamos y escuchamos
y creemos comprender al otro
conocer su alma como sus manos
conocer sus pensamientos más ignotos 

Más la vida caprichosa
se empeña en abrirnos los ojos
mostrarnos los límites que nos condicionan
en los asuntos difíciles y espinosos

Y nosotros, minúsculos mortales
debemos aceptar sin torcer el rostro
entender que no todo es accesible
que la piel es frontera entre el mundo y nosotros

Despojarnos del ego y del miedo
tender puentes que superen fosos
abrir puertas y ventanas
abrir senderos que sean luminosos

Poner nuestro granito de arena
en pos de un lazo hermoso
trabajar desde nuestra insignificancia
por encontrar caminos en este mundo tenebroso...



miércoles, 4 de febrero de 2015

Lágrimas

Lágrimas de angustia
que anudan mi garganta
lágrimas en otro rostro
lágrimas como llamaradas

Lágrimas de despedida
otra más.... y ya me cansa
lo entiendo, así es la vida,
lo entiendo, pero me aplasta

En tiempos que todo es mentira
las palabras ya no bastan
áureos escudos de mirra
impotentes para pararlas

En un arrebato suicida
sonreímos al mañana
más con rabia enfurecida
que con certera esperanza

Cae la noche y acaba el día
en esta ciudad sin alma
y un halo de melancolía
se escapa de mis entrañas

No hay respuestas escondidas
ni comodines entre mis cartas
no hay justicia divina
solo Camus... y las lágrimas