viernes, 22 de octubre de 2010

Un día interesante

Dormido, así me encontraba, plácidamente dormido, acomodado en un asiento del AVE que me traía de vuelta a Madrid después de dos días de intenso trabajo en Sevilla. Días como digo de intenso trabajo, con largas jornadas, pero por suerte también con tiempo para dar un paseo junto al mar del puerto de Santa María, por sus calles peatonales, junto a sus edificios históricos, disfrutando de una agradable comida en un pequeño bar acompañada de una no menos agradable lectura, tiempo para trabajar y tiempo para estar, para vivir, con una sonrisa plácida acompañando mis pasos. Y qué decir de la noche Sevillana, con poco tiempo libre pero con la gran suerte, que a veces aparece, para dar con el lugar deseado, un paraíso culinario encarnada en una tasca castiza, rodeada de buena gente y con un ambiente propicio para el sosiego y la calma, paladeando un boletus, berenjenas gratinadas y carrillada, y todo ello regado con la obligatoria cruzcampo.
Dormido estaba, decía, antes de divagar por mis recuerdos, cuando me agitan el brazo, en mi sopor, antes de llegar a abrir los ojos se forma en mi mente la posible razón de dicha interrupción, "será que el ocupante del asiento de al lado quiere sentarse" - pensé para mí. Comienzo a incorporarme mientras despego mis párpados cuando sorprendido me encuentro con dos relucientes placas frente a mis ojos. Tras ellas dos jóvenes, hombre y mujer, que inmediatamente me espetan:
-"¿puede mostrarnos su documentación por favor?"

Como es lógico el resto del vagón se mantiene espectante ante el improvisado espectáculo, busco mi documentación y se la muestro, apuntan los datos tras mirar y remirar mi documento de identidad y me hacen las preguntas de rigor:
¿donde vive?
¿porqué viajó a Sevilla?
¿cuándo viajó?

Mientras la mujer lleva la voz cantante el compañero trata de poner jabón al momento y me pregunta:
-¿te han parado más veces?
- En este viaje no, pero con estas pintas soléis pararme con mucha frecuencia.

Tras apuntar mis datos me devuelven el carnét y me desean buen viaje, y abandonan el vagón sin pedir documentación a nadie más.
Trato de volver a dormirme, pero no puedo, una mezcla de sorpresa y rabia mantine demasiado activo mi cerebro como para permitirme dormir. Y empiezo a buscar razones para justificar que me hallan pedido solo a mí la documentación en un vagón con unas 30 o 40 personas a bordo. La primera que se me ocurre es que el estar dormido me convierta en sospechoso, aunque no me parece muy creible puesto que había más gente dormida, la segunda es la más obvia y habitual, pelo largo, pendientes, barbas, colgantes..... parece que a las fuerzas del orden siempre le parecen suficientemente sospechosos. De repente mis ojos se posan en la mesa, y veo el periódico que estaba leyendo y reposaba sobre la mesa,


ahí tenemos una tercera razón que me hace muy sospechoso. Mientras pienso en todo esto recuerdo una imágen que vi en la pared del paraíso culinario en el que tan a gusto me sentí, y una sonrisa acudió a mi rostro, voy a tener que pedir auxilio al revolucionario para que le explique a las fuerzas del orden que soy buena gente



Sin más sobresaltos transcurrió el camino de retorno, y raudo y veloz me encaminé a mi último destino del día.....


Emoción y energía en una obra teatral del "grupo de teatro de la red juvenil de Medellín" que me dejó impactado, 4 chicas caracterizadas como 4 de las mujeres que históricamente han luchado, (y sucumbido por violencia) por la libertad de sus pueblos y especialmente de sus mujeres. No tengo claro haber entendido todos los simbolismos que nos mostraban pero me marché cargado de emoción y energía, una lección de fuerza en sus miradas, de determinación.... de fé, fue como visualizar en sus rostros el personaje central del "La mujer habitada" de Giocconda Belli.
Un día interesante sin duda.....

2 comentarios:

  1. un abrazo desde la cercana lejanía, titán

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  2. Mi querido Henry.. se te echa de menos.... un abrazo grande y cercano, aunque estés lejos..

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