Los niños aquí son muy curiosos como en cualquier sitio, y a la vez muy respetuosos, se acercan hasta entrar en contacto contigo, despacio, te tocan el pelo y se ríen, con una risa alegre y sincera que asemeja a "las flores que crecen en la basura" como dice Fito.
Tienen siempre ganas de jugar y de que les hagas caso, parecen por completo ajenos a las dificultades que la vida les tiene preparadas, a la pobreza, a la enfermedad,.....
Me encanta quedarme solo, quieto, mirándolos como los miran los árboles que pueblan este lugar, dejar que se acerquen a mi, que me curioseen, que se rían de mi piel blanca, mi pelo largo.... por unos instantes la vida pasa a ser solo un momento de éxtasis, de contemplación, sin ricos ni pobres, sin opresores ni oprimidos, sin miedos, sin ansias,.... quisiera retener esta sensación y guardarla como mis más preciado tesoro, ... y quisiera poder hacer que ellos siempre se sintieran así, a salvo y sonrientes.....
Kuria 12/08/2010
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