jueves, 26 de marzo de 2009

Soledad

Hermana soledad
que extraña relación hemos tenido
unas veces no descubro donde estás
y otras me encadenas a tu nido.

Crecí creyendo que eras el mal,
que a tu lado nada tenía sentido,
que las hierbas que crecen en tu ciudad,
son cipreses en honor a los caídos.

Tiempo después hube de descubrir,
no por haberlo perseguido,
que tu compañía puede servir
para encontrar en mí lo que estaba perdido.

El tiempo ha seguido su curso,
mis pasos hollan miles de caminos,
a veces siento mi alma vagar
y otras veces creo haber encontrado el mío.

Lo único que siempre es igual,
lo único que permanece erguido,
es tu presencia, soledad,
siempre siguiendo a mi navío.

Se que nunca me abandonarás,
mientras siga queriendo estar vivo,
tu presencia siempre estará
cerquita de este corazón herido.

Aún así no he de dejarte
compartir mi cama, cariño mío,
en cada rincón y en ninguna parte,
así es como he de tenerte,
mientras la luna cante su penar escondío....

Imágen de Luis Royo

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