En días claros y luminosos, me gusta alcanzar algún lugar tranquilo, incluso en medio del barullo se pueden encontrar esos pequeños remansos de paz. Miro a mi alrededor, respiro la calma del lugar y me dejo penetrar por el poder de la belleza, que lento pero inexorable va haciendo presa en mí.
La belleza del mar de nubes mezclado con la paz de la montaña
La belleza del palacio de cristal mezclada con la alegría de los malabares
estoy convencido deque la belleza esta mas bien en los oojos de quien mira
ResponderEliminar