domingo, 24 de abril de 2011

Florencia


Pasear por las calles de esta increible ciudad produce un cúmulo de emociones que se encuentran y se desencuentran. Esta ciudad, como pocas, representa las cotas de belleza arquitectónica que el ser humano es capaz de alcanzar, edificios enormes y bellos en cada uno de sus detalles, callejuelas y esquinas en las que perderse a soñar inspirado por la armonía de sus formas, puentes, estatuas, palacios, todos ellos increíblemente hermosos. Y al mimo tiempo como ejemplo de opulencia histórica, ¿cuántos hombres y mujeres sufrieron y murieron para construir todo esto? ¿cuánta miseria y sufrimiento ha sido necesaria para crearlo? ¿ cuántas vidas truncadas desde su más pronta infancia para gloria de los poderosos de entonces y disfrute para poderosos de ahora? ¿cuánto se podría haber hecho por la población si todo ese dinero y esfuerzo se hubiera destinado a las necesidades de todos en lugar del goce y la creatividad de unos pocos?
Casi puede intuirse en cada piedra la mezcla de belleza y dolor, de creatividad y sufrimiento, de iluminación y de sangre....
Y en nuestro tiempo siguen las contradicciones, hordas de turistas cargados con sus cámaras y videocámaras tratan ansiosos de retener la belleza de la piedra olvidando la necesidad de la carne que tienen bajo ellas.
Pasan los siglos y se perpetuan las contradicciones, ¿qué significa esta belleza?... ¿puede realmente ser bello aquello que no es justo?...

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