lunes, 11 de abril de 2011

El fracaso

Si hay una palabra con la que nos han asustado, amenazado, hostigado y atemorizado ha sido esta: fracaso. Recuerdo haberla oído en boca de padres, vecinos, profesores, familiares, entrenadores y demás adultos participantes activa o pasivamente de mi educación. Fracaso, me imaginaba el fracaso como una maldición tatuada en la frente que habría de señalarte y estigmatizarte de por vida en tu relación con los demás, como la estrella de David en los odiosos campos de concentración, como la marca de Caín en la tradición cristiana. Fracaso,... debías prepararte, esforzarte, sacrificarte ,... para no convertirte en un fracasado, un paria entre tus congéneres triunfadores consagrados. Fracaso,..... ¿qué es en realidad fracasar?, ¿qué es en realidad un fracaso?, pues acudiremos a la RAE:

fracasar.

(Cf. it. fracassare).

1. intr. Dicho de una pretensión o de un proyecto: frustrarse (malograrse).

2. intr. Dicho de una persona: Tener resultado adverso en un negocio.

3. intr. Dicho especialmente de una embarcación cuando ha tropezado con un escollo: Romperse, hacerse pedazos y desmenuzarse.

4. tr. desus. destrozar (hacer trozos algo).


Dicho de una persona, tener un resultado adverso en un negocio, podríamos ampliarlo más, tener un resultado adverso en un proyecto, en un propósito. Estos últimos días he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre el fracaso, para experimentar con él, para imbuirme de él. La amenaza del fracaso, el miedo atávico al mismo haciendo presa en mí, rodeándome, abrazándome, tentándome a huir,.... pero no he huido, me he quedado a vivirlo, a sentirlo, y vaya si lo he hecho,...!qué fracaso!.
Pero ¿cuándo realmente uno se siente fracasado?, cuando no alcanza lo esperado, cuando no satisface las espectativas, las ajenas y las propias, éstas últimas son las que dañan especialmente, las espectativas de uno mismo. Quizá ahí está la clave para luchar contra el fracaso, quizá se impone un cambio de perspectivas, puesto que si uno vive con el deseo de experimentar, de probar, de atreverse no genera espectativas respecto al resultado final, sino respecto al proceso, a los baches del camino, a la curiosidad por la propia respuesta, y en eso nunca se siente el fracaso, no me sentiré fracasado porque mi respuesta sea una u otra, puesto que ninguna es necesariamente la esperada, porque no espero ninguna. Estos días aprendí mucho, de mi mismo, y de la vida, y como todos los aprendizajes, se produjo de manera indirecta, inesperada,... sin espectativas previas, porque las mayores lecciones de la vida llegan así, escondidas en actividades "banales", en encuentros "casuales",....... y me tatuaré a fuego en el alma una frase que me regalaron,........ "no te juzgues", "no juzgues, y sobre todo.... no te juzgues".

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