viernes, 4 de marzo de 2011

Aprendiendo, otro día más...

Otro día más en el hospital, otro día más en que Espanki emerge para tratar de acompañar, y si los astros se alinean, incluso de poder ayudar, sobre todo a mí.
Todos los días en el hospital son lindos, realmente lindos, pero ayer fue increíble, mágico, supercalifragilísticoespialidoso, una enseñanza más de todo lo grande y bueno que hay en el ser humano, tanto los niños y niñas como sus familias nos dieron una nueva lección de dignidad, coraje y amor.
Desde la primera visita en la REA, donde antes de entrar conocimos a un hombre tan grande como tierno, amable, gracioso, alegre.... cuando entramos en la REA pudimos ver porqué estaba ese hombre allí, y lo estaba porque su pequeña estaba hospitalizada, y la pobre tenía alguna dolencia cerebral que no se catalogar pero que la tenía atada a una cama y con muchos dolores que manifestaba con pequeños gemidos y gritos que partían el alma, ver el cariño y el amor de su padre y la actitud que tenía ante una situación tan difícil me dejó sin palabras...
Después pasamos por un par de habitaciones de la parte de corta estancia, en la última de ellas estaban dos chaveles de unos 6 y 10 años, o quizá algo más, ya nos avisaron antes de entrar que el mayor estaba muy enfadado, así que entramos con nuestra mejor sonrisa a ver que podíamos hacer, lo primero que hago es presentarme y preguntarle viendo la cara que tenía, con unos morros bastante gráficos (pucheros que diría mi mama) ¿estás enfadado?, y acentuando sus pucheros me dice "no", muy digno él,... diez minutos después estaba bailando sevillanas y tratando de tocarme la nariz con el dedo con los ojos cerrados, y él estaba tronchandose de risa junto con sus papas y el papá del otro niño, que placer reirnos todos juntos, por un pequeño momento todos eramos lo mismo, todos eramos familia, .... todos compartíamos cariño.
Salimos de ahí y nos dirigimos a oncología, y en el pasillo nos encontramos con varias familias con nenes muy pequeñitos, en breve estabamos todos jugueteando como bebes y en un momento el papa de uno de ellos coge mis pelotas de malabares y nos muestra a todos, sobre todo a su pequeño, como papá puede hacer desaparecer una pelota, ... !papá es un mago!!!, que lindo disfrutar de ese papá creativo tratando de hacer soñar a su pequeño...
Para terminar acabamos viendo a un preadolescente en oncología, que desde el principio muestra esa picardía maliciosa del adolescente, poniendonos todo el rato a prueba y dándonos tanta mano derecha como mano izquierda, al acabar y marcharnos me dice, el pequeño diablillo, tienes que ir a la basura porque lo haces muy mal..... yo me vuelvo y con mi mejor sonrisa le contesto, " no te preocupes, hay muchos más que son mejores, y además voy a aprender y así luego puedo volver,... ¿me dejarás volver?", y con una sonrisa tímida pero hermosa me contesta "vale"... cerramos la puerta y nos vamos sonrientes compartiendo todas esas emociones entre nosotros, al llegar a mi casa y recapacitar sobre lo vivido no paro de sorprenderme de cuánto me enseñan esos niños y sobretodo sus familias con su actitud y su sonrisa, en las situaciones más difíciles sacan lo mejor de sí mismos para ofrecer a sus hijos eso mejor que tienen... y nosotros somos unos privilegiados por poder compartirlo.... trato de aprender de ello, intentando siempre ver la alegría...

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