viernes, 18 de septiembre de 2009

Nemo

Destellos de luz incandescente
tejida con las alas de una mariposa
cubren de calidez mi frente
a la hora en que florecen las rosas

Miles de jilgueros pregonan
a los cuatro vientos mis mil nombres
miles de caricias adornan
el altar donde se inmolan los hombres

Miles de reinos cayeron
abatidos por el furor de una sonrisa
miles de aventuras y sueños
se acercan a mi, sin miedo, pero sin prisa

Atento me encuentro
tranquilo, dispuesto, sereno,
dispuesto a disfrutar lo que hay debajo del cielo,
dispuesto a continuar buscando al nautilus.... y a Nemo


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