lunes, 10 de mayo de 2010

Que bello es vivir

No se porqué pero acaba de venirme a la mente esa frase, y con ella el nebuloso recuerdo de James Stewart. Este ha sido un muy interesante fin de semana, de descubrimientos, he estado todo el fin de semana en un curso de formación que organiza una asociación para voluntarios que deseen participar en campos de trabajo solidarios en verano, eso que llaman vacaciones solidarias. En él he conocido a gente muy interesante, a gente nada interesante y a algún capullo, como en cualquier otro sitio, y mi primer aprendizaje ha sido que sigo siendo un pelele y tardo mucho en oler a los capullos, y eso me lleva a situaciones estúpidas que después terminan con cabezazos contra la pared, pero eso ha sido algo que me ha ocurrido mucho, así que no es una sorpresa.
Pero además de eso he tenido la suerte de conocer y tratar a otras personas muy interesantes, y enriquecerme del contacto con ellos y ellas. Creo que lo que más me ha impresionado ha sido la charla que nos dió un misionero que ha desarrollado su actividad, y su vida, durante 20 años entre la Repúblida Democrática del Congo y la República Centroafricana. Este hombre pertenece a una institución que no me gusta y por tanto algunas de las cosas que decía no las compartía, pero su experiencia y sus vivencias desde luego le dan, al menos a mis ojos, una credibilidad en muchas cosas que otros muchos no tenemos. Me encantó una cosa que dijo, África me ha enseñado a saber "estar", explicando después que era eso de "estar", no solo de cuerpo presente, no solo físicamente sino sobre todo de actitud, aprender a relacionarte con el resto desde el verdadero respeto a las diferencias, no puedo explicar porqué me gustó tanto su enfoque, solo puedo decir que me pareció real, que transmitía algo que lo hacía creible, al menos esa fue mi impresión.
Ha sido un fin de semana de disfrutar escuchando, también hablando por supuesto, pero sobre todo escuchando, comunicación y enriquecimiento, una auténtica delicia.
Y terminó el fin de semana con otra ruta de voluntariado con personas sin hogar, de nuevo charlar, de nuevo, sobre todo escuchar, no había diferencia entre una situación y otro, entre unas personas y otras más alla de las diferencias exteriores obvias debido a la situación de cada uno, pero detrás de eso en ambas situaciones eramos personas hablando, contando experiencias, tratando de ser "humanos".
Y así llegué a casa, cansado, enriquecido, y feliz.

Hay una canción de Platero que me gustó mucho cuando la conocí "Al cantar", podríamos sustituirla, por "al estar", ese "estar" que trató de hacernos entender el amigo misionero, que por cierto se llamaba igual que yo.

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