En este extraño camino que es mi vida se alternan multitud de sentimientos en constante cercanía y lejanía unos de otros, como un torbellino infinito sin principio, fin ni sentido.
Este fin de semana acompañé a un gran amigo en su "despedida" de la soltería, nunca entendí muy bien porque hay que despedirse de algo que uno abandona voluntariamente, y menos aún entiendo las maneras habituales de celebrarlo. Lo que sí entiendo, comprendo y disfruto, es el acompañar a alguien a quien quieres en algo que para él o ella es importante, ¿que mas da si lo entiendes o no?. Y allí estaba yo con mi querido Rho, ebrios de alcohol y amistad en la esquina de un bar compartiendo reflexiones, no sé si lúcidas o etílicas, o quizá ambas cosas. La vida, el trabajo, las relaciones de amistad y de pareja, la sensación de desorientación ocasional en el mundo, ¿quién somos? , ¿qué queremos?, ¿porqué a veces nos sentimos tristes y aplastados sin saber muy bién a qué o quién culpar de ese sentimiento?..... Solo una respuesta ante tantas preguntas, Ich liebe dich!, !te quiero amigo!...
Antes del evento compartí comida y té con otros dos grandes Ich liebe dich, don Daviz y Rincón, vuestra sonrisa sincera y vuestro calor consuelen mi alma cuando vaga perdida por extraños parajes de melancolía solitaria. Y como marco a esa conversación una foto, algunas veces las paredes de los bares esconden mensajes ocultos, que entendemos solo con el paso de la noche, y quizá el delirio del alcohol
¡Qué halagador!
ResponderEliminarPues hay que repetirlo. Además, a mí me supo a poco.
(Yo también estaba un poco perdida por extraños parajes je,je. Debería salir más...)