...... Su vocación por los pobres le había llevado a trabajar en las favelas de Río de Janeiro, donde en 1984 vivían apiñadas 3.600.000 personas. Instalado en la parroquia de los Dolores en el corazón de Rio, se había iniciado en la Teología de la Liberación gracias a Clodovis Boff con quien subió por primera vez a la favela 117. "Viví el momento de mayor angustia de mi vida -confesaría Gilson Pescador-. Habíamos subido después de un chaparrón a desalojar chabolas amenazadas por corrimientos de tierra. Entramos en una de ellas que estaba al borde del precipicio. Había un hombre y una mujer sumidos en la miseria más absoluta, que nos sonrieron como si nada. Entonces vi, sobre un colchón podrido, a un niño parapléjico. Todos estaban preparados para morir en aquella casa colgada de una roca. En aquel momento me rebelé contra Dios. ¿Por qué permites esto? !Si Tú existes, resuelve este problema!" Le dije:"No es posible que una familia pobre y miserable tenga que sufrir tanto". Desde las alturas de la favela, el Corcovado, la estatua de Jesucristo con los brazos abiertos, símbolo de una nación unificada sin distinción de credo, raza o clase, le pareció más fuera de lugar que nunca. Al mirar hacia abajo, el joven seminarista vio la fila de edificios lujosos al borde de la playa, rodeando la magnífica bahía de Rio de Janeiro. "La culpa no la tiene Dios, sino los hombres -pensó entonces-. El sufrimiento y la dificultad vienen de esa inmensa desigualdad que abarcaba la vista desde la altura de la favela. Las razones de tanta miseria había que buscarlas en la estructura social...."
"Senderos de Libertad". La lucha por la defensa de la selva. Javier Moro
A tí
que no estás ni se te espera
o tal vez sí...
a tí, como a la primavera
te pienso aunque no estés aquí
Te pienso cuando lo veo en otros
cuando recuerdo el sueño que una vez sentí
cuando en la noche cierro los ojos
e imagino otra vida quizá más feliz
A tí
que no se si algún día existirás
si algún día habrás de venir
como a la luna al despertar
te recuerdo entre ensoñaciones carmesí
Te imagino entre cuentos
que no se si en verdad quiero vivir
te imagino desde mis adentros
y sonrío por este desliz
A tí
mi pequeño engendro
hoy te quiero escribir
sin más intención que este juego
en que todo es posible
y todo es sueño
como aventurero por mundos ajenos
como soñador con mundos por descubrir