martes, 3 de mayo de 2011

Noche estrellada

Me deslicé por tu ventana
lento y silencioso
como viento que desgrana
los secretos de tus ojos

En tu oído susurré
arcanas palabras
conjuros que secuestran tu ser
y me lo entregan entre las sábanas

Tu mirada mostraba de una vez
el deseo y la lucha enconada,
tratándo de alejarme de tu piel
mientras tu alma implorante me deseaba

En cobra real me transmuté
para recorrer tus piernas y tus nalgas
recitando poemas que aún no inventé,
y elegías que tus labios no cantaban

Tus brazos ávidos de amor y fé
abrazaban con fuerza mis entrañas,
tus uñas, como las de Betzabe
desgarrando espaldas acarician almas

En tus pechos, suaves como el atardecer
lancé deseos y plegarias
miedos de niño, calor de mujer
pasión que redime de antiguas batallas

Tu sexo, caliz de vino y miel
se abrió como puerta sagrada
para derramar en ti todo mi ser
y recoger la llave de mi esperanza

Así nos halló el amanecer
quebrando el hechizo, apagando la llama,
devolviéndome a la sombra de la que escapé
en una mágica noche estrellada...


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