lunes, 22 de febrero de 2010

Trabaja!!


Fría noche de un domingo lluvioso, toda la ciudad huele a humedad, toda la ciudad resuda humedad, el frío comienza a calar los huesos, la luz hace tiempo que marchó. Las calles se ven aún bulliciosas, mucha gente aún apura el fin de semana antes de volver a la rutina semanal, al odiado lunes. Otra gente en cambio no distingue entre domingo y lunes, su vida no presenta esas diferencias, entre el gentío una figura oscura, a la par grotesca y graciosa trata de conseguir unas monedas en la plaza mayor para asegurarse lo único que puede ya asegurarse, "ir tirando".
Su nombre es Tomei, sus ojos han visto ya muchas primaveras desde que salió de su Rumanía natal, mucha vida, muchas gentes,.... mucho de todo. Lo ves con su traje de "héroe", mitad "el zorro" mitad "sanchopanza", el maquillaje esparcido a brochazo por su cara luce corrido y ajado, como síntoma de antigua grandeza y presente decadencia, sus ojos, tristes y oscuros desmienten lo que el traje pregona, testigos últimos de una vida dificil.
Ellos, tres muchachos veinteañeros, con sus ropas a la última moda, pasean por los soportales de la plaza entre cartones y hombres, riendo y bromeando, disfrutando de la juventud,.... de detrás de una columna surge Tomei, como antiguo bufón salta chilla y corre, los asusta, pero no demasiado, ellos tras el susto inicial pasan a la risa y la mofa, su orgullo adolescente compensa el susto inicial con esa pose de gallito que todos conocemos, la del miedo camuflado. Mientras siguen caminando entre bromas Tomei desde atrás les pide una moneda, "un eurito amigos, para un café", uno de ellos se gira, y con una mirada cargada de desprecio y burla le suelta, "Trabaja", se gira y lanza una mirada de suficiencia hacia sus compañeros de andanzas mientras se aleja.
Tomei hace una mueca y se vuelve, que otra cosa puede hacer.
En la distancia un observador mira con ira y desprecio, maldito niñato, que cojones sabrás tú lo que es trabajar, que cojones sabrás tú lo que es la vida....
Alrededor el mundo sigue su curso, la gente prepara sus "camas" de cartón para afrontar otra noche más, otro día más, otro desprecio más....

2 comentarios:

  1. que penita... Aunque confieso que a mi tb me dan ganas de decir lo mismo a veces cuando me asaltan, sobre todo con exigencia. No siempre sabes quien es un acomodado o quien realmente esta necesitandolo. En cualquier caso, respeto lo primero.

    antiayer me acordé de ti, estuve en una charla de un poeta joven en la Feria del Libro de la UNAM. Recriminó alli mismo (cariñosamente, claro, pero recriminó) a su padre presente en la conferencia esa cultura en la que su padre ha vivido y pretendia educarle a el.. la cultura de que hay que tener un trabajo a toda costa, la del vivir para trabajar, la del trabajo vitalicio, la del miedo, vaya.
    Precisamente, su obra, la que presentó, se llama "Mientras menos hagas.."

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  2. Yo creo que deberíamos ser mucho más cautos antes de juzgar a nadie, porque siempre nos falta información, y quién somos nosotros para juzgar,si alguien es libre de pedir el otro también es libre de dar o no dar, pero no lo es o no lo debería ser de juzgar. Y otra cosa que me cabrea es el concepto de "trabajo", aquél que está en la calle actuando, posando, malabareando, o lo que sea para conseguir dinero está trabajando, no solo en oficinas o fábricas se trabaja, o eso al menos creo yo.
    Me hubiera gustado ir a ver esa obra contigo, me hubiera imaginado todo el rato a Cat Stevens cantando el "Father and son" a su viejo, o a mi viejo,.... o a mí.
    Un abrazo hermano.

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