jueves, 25 de febrero de 2010

Pegasus

Otra vez volví a sentirte,
angustia,
otra vez esa opresión triste
que me ahoga y que me mustia

Esa congoja insolente
dispuesta a estrangularme
que me busca insistente,
que me agita el alambre

Cuando mi mente amenaza con zozobrar
y entregarse a la agonía
recuerdo que no hay una sola verdad,
un solo camino, un solo día,

respiro profundamente, despacio,
expandiendo los sufridos pulmones,
dejo que el aire llene los espacios
y expulse la angustia que me corroe

Unos segundos de espera,
un poco de calma y serenidad
el mundo se coloca y se voltea
y mi alma recupera de nuevo la paz

Nada es blanco, nada es negro
ni hoy, ni ayer, ni mañana,
solo el último de los días me tolero
no ver el sol entre las ramas

pues en medio del fuego de mortero
siempre queda la esperanza que me llama
y a su encuentro me lanzo bandolero
como pegasus, mensajero de la magia


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