Pequeños e indefensos seres
aprendices de dioses
tratamos de traspasar límites
que nuestro entendimiento desconoce
Hablamos, conversamos y escuchamos
y creemos comprender al otro
conocer su alma como sus manos
conocer sus pensamientos más ignotos
Más la vida caprichosa
se empeña en abrirnos los ojos
mostrarnos los límites que nos condicionan
en los asuntos difíciles y espinosos
Y nosotros, minúsculos mortales
debemos aceptar sin torcer el rostro
entender que no todo es accesible
que la piel es frontera entre el mundo y nosotros
Despojarnos del ego y del miedo
tender puentes que superen fosos
abrir puertas y ventanas
abrir senderos que sean luminosos
Poner nuestro granito de arena
en pos de un lazo hermoso
trabajar desde nuestra insignificancia
por encontrar caminos en este mundo tenebroso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda al opinar que tu libertad termina donde empieza la del otro. Respeta y serás respetado.