El niño que hay en mí
conversa alegre con el viejo
uno cuenta sus vivencias
y el otro explica sus sueños
uno carga a la espalda heridas
que le dieron conocimiento
aprendizajes, recuerdos e ira
todo junto, depende del viento
el otro porta su alegre sonrisa
ajeno a las marcas del tiempo
buscando en el olor de la brisa
razones para vivir el momento
el uno entiende las ganas
aunque trata de pisar con más tiento
el otro comprende la calma
aunque arde por buscar sentimiento
su pugna enriquece mi vida
como fiel narrador de este cuento
pues entre ambos se encuentra la rima
que hace brillar el soneto
la fuerza del joven me eleva
la calma del viejo me centra
un equipo
que anda sin prisa en la senda
un equipo
que disfruta de nunca encontrar la meta.....
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