martes, 15 de enero de 2013

¿Es la violencia la respuesta?

Hace unos días asistí con unos amigos a una representación teatral, que además de estupenda en su puesta en escena era estupenda en el debate que generaba a su finalización, la obra Cuestiones con Ernesto Che Guevara planteaba un ilusorio encuentro dialéctico entre Ernesto Che Guevara y una historiadora argentina en la última noche de vida del Ché, justo antes de su ajusticiamiento en la selva boliviana. La historiadora era hermana de un represaliado de la dictadura argentina, y en cierto modo culpaba al espíritu revolucionario inoculado por el Che en la juventud latinoamericana de la muerte de su hermano. La cuestión de fondo era si es legítimo o no el uso de la violencia para responder a una situación de injusticia y opresión, y más allá, si es la solución más efectiva. La postura del Che, como buen Marxista de su época es que solo con la violencia se puede revertir el orden injusto impuesto por los poderosos, y la que defendía la historiadora es que la violencia solo engendra violencia, muerte y dolor. 
Al salir debatíamos entre los presentes sobre esto, y hoy precisamente acabo de empezar un libro, "La doctrina del shock" de Naomi Klein, y leía el siguiente párrafo:

"... Milton Friedman aprendió lo importante que era aprovechar una crisis  o estado de shock a gran escala durante la década de los setenta, cuando fue asesor del dictador general Augusto Pinochet. Los ciudadanos chilenos no sólo estaban conmocionados después del violento golpe de Estado de Pinochet, sino que el país también vivía traumatizado por un proceso de hiperinflación muy agudo. Friedman le aconsejó a Pinochet que impusiera un paquete de medidas rápidas para la transformación económica del país: reducciones de impuestos, libre mercado, privatización de los servicios, recortes en el gasto social y una liberalización y desregulación generales. Poco a poco, los chilenos vieron cómo sus escuela públicas desaparecían para ser reemplazadas por escuelas financiadas mediante el sistema de cheques escolares. Se trataba de la transformación capitalista más extrema que jamás se había llevado a cabo en ningún lugar, y pronto fue conocida como la revolución de la Escuela de Chicago, pues diversos integrantes del equipo económico de Pinochet habían estudiado con Friedman en la Universidad de Chicago. Friedman predijo que la velocidad, la inmediatez y el alcance de los cambios económicos provocarían una serie de reacciones psicológicas en la gente que "facilitarían el proceso de ajuste". Acuñó una fórmula para esta dolorosa táctica: el "tratamiento de choque económico". Desde hace varias décadas, siempre que los gobiernos han impuesto programas de libre mercado de amplio alcance han optado por el tratamiento de choque que incluía todas las medidas de dolpe, también conocido como "terapia de shock".

¿no os suena a lo que está pasando ahora en Europa y especialmente en España? Privatización de la sanidad, Mercantilización de la Educación (con una reforma educativa que cambia la formación de ciudadanos por la de trabajadores y técnicos), Subidas masivas de impuestos regresivos, rescate a los bancos,  la reforma laboral más agresiva para el trabajador de la historia de la democracia, reforma judicial que afecta directamente a la igualdad ante la ley (puesto que habrá que pagar para acceder a la justicia),.....
Y ante esta situación y volviendo a la dicotomía de antes, uno puede responder pacíficamente, llevamos unos pocos años y especialmente el último año en el que según he leído ha habido 40.000 protestas ciudadanas en las calles, una represión cada vez más fuerte de las fuerzas de seguridad, junto a una criminalización de los activistas y como resultado..... poco, muy poco, y una clara atenuación de la fuerza de la respuesta (como aventuraba Friedman). ¿Qué otra opción queda a la lenta agonía de la lucha y la final imposición de los poderosos?..... 

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