lunes, 10 de septiembre de 2012

Quizá.....


Sentía una opresión en el pecho, como si lo que albergaba en su interior apenas cupiese en su cavidad, y creciese a pesar de todo, amenazando con quebrar las costillas, pero lo curioso es que no había dolor, ningún dolor, miraba como espectador como mi pecho se hinchaba, la piel se estiraba, tensa, tersa, hasta que finalmente, cedió, se quebró, pero se quebró con dulzura, con delicadeza, como el caer de una hoja arrastrada por la brisa del otoño, como el fluir de la arena en el reloj, la piel se quebró y por la hendidura surgió una luz intensa, a veces me parecía de un verde fresco, vigoroso, al segundo tornaba a un azul celestial, poderoso, dejando paso a un rojo ardiente, incandescente, poco a poco la habitación entera se llenó de luz, una luz que ya no tenía color, y al mismo tiempo los tenía todos, mi cuerpo siguió manando luz, yo no podía moverme ni dejar de mirar el punto por el que la luz emergía, perdida ya la consciencia de que ese era mi cuerpo, pero al mismo tiempo sintiéndola con una intensidad desconocida. Por un momento me sentí sólido y aire, pesado y ligero, mirándo desde mis ojos y mirándome desde fuera, ya no sabía lo que era luz y lo que era carne, las fronteras habían dejado de estar claras, volaba, y al mismo tiempo no me movía, me sentía libre, de repente algo me sobresaltó y desperté, la habitación era la misma, las imágenes eran las mismas, solo que mi cuerpo estaba intacto, sin grietas, en su lugar estaba ella con sus ojos felinos mirándome mientras dormía, todo había sido un sueño, no había sido real,.... pero ahora que lo pienso, todo parece más luminoso, más brillante, quizá,.....

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