Grande y fuerte
como las montañas de su tierra natal
tierno y frágil
mira el mundo desde su sucio umbral
Su dolor silencioso
estrangula al niño que agoniza en su interior
sus fuertes puños de oso
no consiguen derribar el muro a su alrededor
El niño alegre
que nunca pudo ser
se debate entre soledades repletas de gente
en un grito silencioso que desgarra su fe
Barrotes de cartón
que le separan del mundo
mensajes ocultos en pompas de jabón
que claman por un futuro más justo
Promesas de bondades navideñas
lanzadas por seres con los ojos cerrados;
perdimos la humanidad sin darnos cuenta
el día que normalizamos el sufrimiento de otros seres humanos
No hay respuesta
a tu pregunta...
y la que surge en mi cabeza
me convierte en romano,
clavándo en tu costado,
de mi lanza la punta....
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