viernes, 7 de octubre de 2011

Sonrisa otoñal

Mi querido Otoño, aquí estás de nuevo, puntual a la cita como todos los años, tu llegada es síntoma del fin del verano, la luz clara e intensa se va y en su lugar queda una ténue, incapaz de mostrar los colores en toda su exuberancia, las temperaturas bajan y los cuerpos comienzan a retraerse ocultos bajo abrigos, chaquetas y demás caretas... Las hormonas vuelven a su nivel bajo y la locura a su madriguera, en espera de la primavera.
Mi viejo amigo, sabes que todos los años estas privaciones me arrastran a una abúlica melancolía que lacera mi alma, que anhelante boquea en pos de un rayito de sol, de un sensual tirante, de un caluroso atardecer,.... Pero este año compañero, las cosas van a cambiar, tengo el firme propósito de no dejarte vencer, escondí un intenso y colorado atardecer en mi retina, un abrasador beso en mis labios y un trocito de locura en mi alma, y con ellos lucharé contra tí, cada vez que la melancolía amenace con su presencia la enfrentaré con ellos, y con actitud, cada vez que la nostalgia muerda subiré mis dedos hasta la comisura de mis labios, y dibujaré con ellos una enorme sonrisa, no una tímida, de esas que mostramos cuando estamos nerviosos o asustados, sino una enorme como el arcoiris, que cuál agujero inverso irradie luz y color a borbotones.
Hoy es el primer día del resto del otoño, y lo empezaremos con un acto psicomágico, hoy serás testigo amigo mío de mi iniciación, llegaré a casa y tras una deliciosa comida sacaré mis zapatones del armario, con mimo los limpiaré para poderlos rehabilitar con esos tintes que esperan alineados en el armario, con mimo y deleite volveré a dar vida y alegría a esos instrumentos de ilusión, y cuando brillantes y hermosos estén listos para la magia me enfundaré mi roja nariz y mi rojo sombrero y ante el espejo dibujaré mi primera gran sonrisa del otoño..

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