Recuerdos...., hay recuerdos que se graban en la mente, en alguna parte remota, recuerdos que no vuelven al primer plano habitualmente pero que en algún momento, por una imágen, un sonido, un olor, una conversación nos visitan con su carga de alegría y nostalgia. Este fin de semana, por alguna de esas casualidades de la vida, dos situaciones invocaron en mí los mismos recuerdos, ese mozalbete rubiales y revoltoso, con jersey de cuello alto, pantalones de pana y playeros (deportivas que dicen aquí) marca Paredes, bata y abrigo encima para soportar los asegurados cero grados o menos, a su lado su hermano mayor, más formal, con un ojo pendiente de que no la liara, alrededor mamá con sus pantalones de pana y la vieja bata azul, papá, también con el mono azul de la fábrica que adquirió una segunda vida como indumentaria para el trabajo en el pueblo y las botas "cachuscas", uniforme oficial de la "matanza". Junto a ellos el abuelo, patriarca silencioso pero omnipresente, la abuela, encarnación de esas mujeres de antes, fuertes, recias, siempre dispuestas a trabajar, cuidar, ayudar, sostenes eternos de la familia.
Cada uno teníamos nuestras tareas en ese organigrama perfecto, preparar las herramientas, el banco para el sacrificio, los barreños para ir almacenando todo, ir a buscar al marrano, que ya en el camino trataba de buscar otras direcciones, intuyendo que en esa fiesta el tendría su triste final. De ir a buscarle nos encargábamos los "hombres", allí iba yo tan feliz con papá, mi hermano y el abuelo, y venía dirigiendo valientemente al marrano con la vara, salvo cuando se daba la vuelta, que corría como alma que lleva el diablo tras las piernas de papá. Una vez en la casa todo se aceleraba, la familia entera ayudábamos al sacrificio, unos agarran de aquí otros de allá y finalmente el abuelo asesta la definitiva cuchillada, unos minutos y todo ha acabado, y comienza la actividad frenética, preparar la paja para la quema de los pelos, con grandes mazos de juncos por encima y por debajo, una vez montado empezaban las historias de aquella vez que uno se levantó y hechó a correr, de aquella otra que al abuelo se le escapó el gancho y casi se saca un ojo,....., una vez prendidos los juncos todo se llena de ese olor,... así escuchado puede parecer terrible, en aquel momento era el olor de lo familiar, del cobijo, de la seguridad, del alimento para todo el año, de la tradición. En ese momento siempre aparecía mi otro abuelo, con las cuchillas para raspar, aquellos trozos de viejas guadañas oxidados pero afilados, repartía para todos, y cada uno cogía su parte y concienzudamente trataba de dejar la piel lustrosa, para que luego los torreznos estuvieran más ricos.
Finalizado ese proceso llegaba el momento de abrir, vaciar, limpiar y dejar colgado en la escalera a secar hasta la noche, cuando vendría la parte de estazar....., eran cuatro días de trabajo comunitario, de compartir anécdotas, de recibir alguna bronca cuando en el estress del trabajo hacías demasiadas preguntas o revoloteabas demasiado alrededor de papá, .... eran momentos de amor, quizá no como el que hoy yo estoy acostumbrado a dar y recibir, no era un amor de palabras, ni siquiera de abrazos o caricias, era un amor en el aire, que entraba por la nariz, por la boca, por los oidos, por los poros de la piel, era un amor que venía de generaciones y generaciones trabajando juntos, viviendo juntos, aprendiendo juntos, llorando juntos, era un amor que un niñó solo puede intuir pero no comprender, es un amor que muchos años después, cuando algunos ya no están y los demás hemos cambiado poco a poco he podido comprender y valorar en su justa medida. Esas imágenes, esos olores, esos recuerdos están tatuados en mi alma para siempre, y de alguna manera cada cierto tiempo, por segundos volveré a ellos, volveré a ser ese niño, volveré a escuchar a mis dos abuelos enseñarme como hacer cada cosa, volveré a desear que papá me deje ayudarle a llevar el barreño, volveré a pedir a la abuela un poco de pan de la panera, volveré corriendo a las faldas de mamá para que me de unas jijas recién hechas, volveré al corral con mi hermano a investigar con la luna (la perra de mi abuelo) en el colgarizo y en las conejeras.... y desde allí volveré a saber de donde vengo, y cuanta suerte tuve de vivir esos momentos....
lunes, 22 de julio de 2013
lunes, 15 de julio de 2013
Desde la niebla
El pasado y el presente
se pasean por mi mente
mientras miro hacia el futuro
que se asoma tras un muro
en un mundo indiferente
donde todo aparece oscuro
donde el dinero omnipresente
manda sobre el sentimiento puro
en un mundo donde la gente
importa menos que el capital seguro
donde todo es siempre urgente
menos los sentimientos que me autocensuro
En ese mundo en el que habito
y desde este monte desde el que miro
pienso las vidas que ya he vivido
y los muchos seres que también he sido
pienso, mi hermano
pienso y sonrío
por tantas yagas entre mis manos
por tantos suspiros en mis oídos
por tanta gente que he abrazado
por tanta gente que me ha querido
por tantos océanos ya surcados
y tantas piedras en el camino
por los pasos que aún no he dado
por los amigos que ya he perdido
por todos aquellos que he encontrado
que juntos forman mi tesoro escondido
Desde este monte, mi fiel amigo,
miro y recuerdo
miro y suspiro
ahora soy un poco más viejo
que aquel muchacho
que te fue querido
pasan los años y vamos creciendo
tratando de entender este desatino
pasan los años y sigo viendo
que es la gente la que le da sentido
son mi familia, es cada amante,
es mi felina sobre mi ombligo,
son las cervezas en los festivales
es el abrazo de un buen amigo....
lunes, 8 de julio de 2013
El sentido de la vida
El sentido de la vida
una importante cuestión
¿le da sentido el entorno
o el sentido se lo doy yo?
No es la vida un sinsentido
por mucho que avance el reloj
por mucho animal resentido
que viva sembrando dolor
Hay momentos carentes de tino
que siembran dudas en el corazón
momentos donde aquello vivido
parece la obra de un mal escritor
Hay otros en cambio, amigo,
que pintan tu vida de alegre color
que crean danzantes que bailan contigo
mientras las ninfas cantan tu alegre canción
Y tú te preguntas en noches de abrigo
donde radica el porqué de esta flor
esta amapola que germina en tu ombligo
en los días alegres y en los días sin sol
No es el trabajo amigo mío
ni la gloria ni el amor
eres tu mismo quien le da sentido,
en todo momento.. y en cualquier condición...
Una recomendación, "El hombre en busca de sentido", un libro que lleva a muchas reflexiones, un libro que todos deberíamos leer. Y un video, un joya de uno de esos seres especiales que aparecen cada cierto tiempo:
lunes, 1 de julio de 2013
La misma piel
Disfruto tanto de verte sonreir...
del brillo de tus ojos
cuando estamos por allí..
De ver asomar tu yo profundo
que tan adentro escondiste ayer
de hablarnos a los ojos.. sin escudos...
sabiendo que nos une la misma piel
La vida te lo puso oscuro
es lo que toca en estos tiempos de hiel,
pero tu estás por encima del muro
y los que te queremos lo sabemos bien
En este mundo de apariencia y bulo
muchos valoran por lo que no ha de ser
por cuanto tienes por besar culos
por cuanto guarda tu billetera fiel
Más las personas de corazón puro
no nos medimos por el parné,
no buscamos la aprobación del vulgo
ni del que juzga desde el chalét
Es el espejo el fiscal de este curso
y tu conciencia el único juez
es la sonrisa el premio futuro
acompañada de la honradez
Así que adelante con este pulso
que aquí estaremos cuando vacile el pie
alimenta tu esencia con orgullo
que el futuro aún está por ver....
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